El plan de Biden “propone subvenciones de costes compartidos para apoyar nuevas instalaciones de baterías de alta capacidad en Estados Unidos”, según la hoja informativa, y respalda las subvenciones para financiar la reconversión de las fábricas cerradas “para construir vehículos y piezas avanzadas”.
El presidente de United Auto Workers, Rory Gamble, que ha criticado los planes de Ford y GM de construir algunos automóviles eléctricos en México, instó “a Biden a asegurar que las inversiones para impulsar la producción y venta de vehículos eléctricos incorporen normas laborales sólidas y garanticen que los vehículos del futuro fomenten buenos empleos sindicados. Los dólares de los contribuyentes deben gastarse en apoyo de los vehículos construidos en Estados Unidos, no en las importaciones”.
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La pieza central del plan de Biden para los vehículos eléctricos son 100.000 millones de dólares en reembolsos a los consumidores, según un correo electrónico enviado en abril por el Departamento de Transporte de Estados Unidos a los legisladores.
La hoja informativa de la Casa Blanca dice que el plan de Biden ofrece “incentivos en el punto de venta que fomentan el despliegue de los vehículos eléctricos”.
“Estos incentivos no se destinarán a modelos caros de lujo y también incentivarán a los fabricantes que utilicen buenas prácticas laborales”.
Con información de Reuters