Primera prueba Kia Stonic 2021: renovación con etiqueta ECO
En el cada vez más poblado segmento de los SUV urbanos hay modelos que destacan en unos u otros apartados, ya sea para bien o para mal. Sin embargo, el Stonic es un modelo que, sin sobresalir en ningún aspecto, resulta competitivo en todos. Eso sigue siendo así en su versión reestilizada.
Recuerdo cuando salió a la venta el Kia Stonic, allá por octubre de 2017. Siempre me pareció un automóvil muy correcto y muy válido para diferentes tipos de uso. Bien hecho, bien equipado y a buen precio. Y siempre me chocó que no sea uno de los modelos preferidos del segmento. Bien es cierto que hay mejores alternativas si quieres una elevada calidad de materiales o un maletero de gran capacidad, pero el Stonic es uno de esos coches a los que, en el cómputo global, no puedes ponerle demasiadas pegas. Y, si se las encuentras, te las rebate con un precio francamente competitivo.
Pues bien, tres años y medio después, Kia ha efectuado una serie de cambios en el Stonic para renovarlo de cara a los próximos años. Estéticamente los cambios son pequeños, y prácticamente se reducen a nuevos faros, leves modificaciones en los paragolpes, nuevas llantas y nuevas posibilidades de personalización gracias a un par de colores extra para la carrocería y a un tono adicional para el techo. Se mantienen las dimensiones de la carrocería, con 4,14 metros de largo, 1,76 m de ancho y 1,50 m de alto.
En el interior los cambios son un poco más sustanciosos, con un asiento del copiloto que ahora se puede regular en altura, un nuevo display a color de 4,2″ en la instrumentación y una pantalla central de 8″ rediseñada y con nuevas funcionalidades, como la compatibilidad con Android y con Apple o la posibilidad de conectar varios teléfonos a la vez vía Bluetooth (además mantiene botones físicos en su parte inferior, lo cual es una excelente noticia). En general la apariencia del habitáculo es sencilla, con plásticos duros o freno de mano de palanca, pero se perciben materiales sólidos y buenos ajustes. mientras que las cotas de espacio interior permanecen inalteradas, con unas plazas traseras bastante aceptables. El maletero cubica 352 litros de capacidad.

Lo realmente importante en este restyling se resume para mí en tres cosas: la adición de hibridación ligera de 48V en los motores 1.0 T-GDI, el adiós a las mecánicas diésel y la incorporación de un acabado GT-Line en la gama (los otros dos son Concept y Drive). Respecto a este último, los Stonic GT-Line presentan un aspecto más deportivo con algunos elementos específicos, como la parrilla, los faros, el paragolpes delantero con nuevas tomas de aire, el difusor posterior que además simula una doble salida de escape y, en el interior, la tapicería o las molduras, que imitan el aspecto de la fibra de carbono. Curiosamente, a pesar de su matiz deportivo, la altura del Stonic GT-Line es 2 cm superior debido a las llantas de 17″, alcanzando los 1.52 metros de alto.
La gama mecánica se compone ahora de únicamente motores de gasolina, que son dos: un 1.2 de 84 CV con cambio manual de cinco velocidades, y un 1.0 T-GDI del que se disocian dos versiones: 100 y 120 CV, ambas con hibridación ligera de 48V. La de 100 CV está únicamente disponible con el novedoso cambio manual iMT de seis velocidades de la marca, mientras que la de 120 CV añade además la posibilidad, por 1.600 euros adicionales, de montar una transmisión automática 7DCT. Hay tres modos de conducción: Eco, Normal y Sport.

¿Y cómo va el nuevo Stonic? En esencia, igual que antes, lo que son buenas noticias. Es un coche ágil en ciudad, suficientemente aplomado y estable para carretera y, en general, un automóvil bastante agradable de conducir dentro de su segmento, en parte debido a que es ligero. Su suspensión ofrece un buen compromiso entre dureza y confort y resulta bastante competente sobre las irregularidades del asfalto. Si hay algo de la conducción que puede resultar molesto para algunos conductores es que el ruido mecánico llega con claridad al habitáculo. No es algo preocupante, pero sí hay una peor filtración sonora respecto a muchos de sus rivales.
La versión que hemos probado es la equipada con el motor 1.0 T-GDI de 120 CV y cambio manual. Es un motor de respuesta muy lineal y un pelín ruidoso, pero solvente en cualquier situación. Aparte de la microhibridación, otra novedad es que incorpora un nuevo sistema de distribución variable que mejora su eficiencia. En nuestra prueba obtuvimos un consumo de 6,5 L/100 km. En prestaciones está en la media: no es un aspecto en el que destaque, pero sus 120 CV cunden como se espera de ellos.

El pequeño motor eléctrico no puede mover el coche por sí solo, pero sí que sirve de apoyo en fases de aceleración. En marcha, su funcionamiento es inapreciable. Además, cumple la función del motor de arranque (pone en marcha el propulsor de forma realmente suave) y también actúa como generador en fases de deceleración para recargar la batería. Mención aparte merece la transmisión manual iMT, cuya particularidad reside en que tiene un embrague controlado electrónicamente que permite desacoplar la transmisión del motor en determinados momentos. Así, por ejemplo, puede circular por inercia con el motor apagado por debajo de 125 km/h incluso con una marcha seleccionada.
En el apartado de seguridad y conectividad hay algunas novedades. Por ejemplo, hay asistentes que son de serie desde el acabado Drive, y otros que son opcionales. Entre los primeros tenemos el asistente de frenada de emergencia, el de aparcamiento, el de mantenimiento de carril y la alerta de tráfico cruzado trasero. En opción hay un Paquete Premium que añade control de ángulo muerto, reconocimiento de señales de tráfico y faros de led. Si hablamos de un Stonic con cambio automático, entonces suma también control de crucero adaptativo. Este paquete tiene un coste de 1.000 euros para versiones con cambio manual y de 1.200 euros para las automáticas. En conectividad destaca el servicio en línea UVO (de serie desde el acabado Drive) que permite conocer precios de carburantes, informarse sobre la meteorología o sobre el tráfico o, incluso, enlazar el guiado del navegador con tu smartphone para continuar la ruta a pie una vez aparques el vehículo.
Con todo, el Stonic seguirá siendo uno de los modelos más importantes para Kia (en lo que va de año es el tercer vehículo más vendido de la marca sólo superado por el Ceed/XCeed y por el Sportage). Su precio es muy competitivo (desde 15.860 euros) y, aunque su gama de motores y acabados se ha reducido, sigue cubriendo las necesidades de la inmensa mayoría de conductores. Es rival para modelos como el Ford Puma, el Seat Arona, el Hyundai Kona, el Skoda Kamiq o el Opel Mokka, por nombrar algunos de un segmento que tiene ya más de 25 integrantes. Asimismo, sigue destacando por un gran equipamiento de serie, pues desde el acabado más básico Concept, se incluyen la pantalla de 8″ o las llantas de aluminio de 16″. Por otro lado, la incorporación de la etiqueta ECO le añade más atractivo.

Ficha técnica Kia Stonic 1.0 T-GDI MHEV iMT GT-Line
- Motor: Gasolina, turbo, 3 cilindros en línea, 999 cc
- Potencia: 120 CV a 6.000 rpm
- Par: 200 Nm a 2.000-3.500 rpm
- Tracción: A las ruedas delanteras
- Caja de cambio: Manual de seis velocidades
- Dimensiones: 414 x 176 x 152 cm
- Peso: 1.075 kg
- Neumáticos: 205/55 R17
- Maletero: 352 litros
- Velocidad máxima: 180 km/h
- Acel. 0-100 km/h: 10,4 segundos
- Consumo medio: 5,6 L/100 km